La Pocahontas de Malick..¡Esta si tienen que verla!

Si por ahí alguien leyó mi post anterior sobre Terrence Malick imaginará que fui a ver The New World , el cuarto largometraje de este poeta de la imagen, abrumada por el entusiasmo y con una enorme expectativa. Por estas razones esta crítica no será de lo más distante y objetiva. Por el contrario: es el resumen de una fan de Malick, a todo orgullo.
El romance entre el capitán inglés y la nativa es sólo el pretexto para que el director plantee una vez más el tema de la naturaleza invadida por el avance irracional de la civilización. Camino a este objetivo abunda en la descripción de este "choque" a través de escenas que nos dejan pensando que los conquistadores ingleses eran en realidad los salvajes y de ninguna forma los inocentes nativos, quienes lo único que hacen es resistir la invasión. Los indios juegan en el campo y viven en armonía con la naturaleza, mientras los conquistadores se pelean y se comen entre ellos.
La princesa de las indias, Pocahontas o Rebeca, como la rebautizaron los ingleses es la encarnación del candor que no llega a cansar pues no llega a los extremos de la sensiblería. A pesar de su poca experiencia, la intuitiva Q´orianka Kilcher , actríz de orígenes peruanos, tiene los elementos expresivos adecuados para cada escena y luce formidable a la hora de encarar al egoista Capitán Smith, quien dejó pasar la felicidad de una vida delante de sus ojos y la cambió por la ambición de convertirse en el descubridor de nuevas tierras. Collin Farrell se porta a la altura de las circunstancias y no falla a la hora de mostrar un personaje con muchas dudas y contradicciones, expresadas muchas veces por el recurso de voz en off, que Malick usa frecuentemente en sus películas.


Genial fotografía la del mexicano Emmanuel Lubezki, (el mismo de "Sleepy Hollow", más conocida como "La leyenda del jinete sin cabeza") sobre todo a la hora de acercar al espectador con los paisajes del Nuevo Mundo y también cuando la cámara se encuentra con los rituales indígenas. Aquí se juega con rayoz de luz que traspasan el techo y le dan un toque mágico inolvidable. Para Malick el escenario es básicamente un personaje más y eso se nota además en la elección de cada toma, incluso en la manera en que presenta a Pocahontas corriendo entre los inmensos jardines del castillo real en Inglaterra.

Incomprensible -para esta fan- la actitud de algunos espectadores, acostumbrados quizás al ritmo acelerado del hollywood de acción, que bostezaban mientras Malick hacía poesía con las olas o un anochecer, sin prisa, como eran las cosas en la norteamérica del 1,600, cuando no existían los apuros de la sociedad consumista que ahora habita el territorio, tras la conquista inglesa. Sin embargo, la mayoría de la audiencia parecía encandilada con esta obra, que sobrepasa las dos horas de duración.

Fue una de esas películas tras la cual salí satisfecha, con esa fantástica sensación que se siente cuando el alma acaba de alimentarse con arte del bueno.


Comentarios

schatz67 dijo…
Me iamgino que debe tener mucha semejanza en la puesta en escena con "The thin red line". Mallick es un maestro en el manejo de la expresividad de las imágenes que emplea,vale la pena esperar el tiempo que se toma para acometer cada rodaje.

Esta es una de esas películas que se debe ver en el cine,prometo hacerlo este fin de semana.

Saludos

Schatz
Reivajss dijo…
prometo verla, aunque no se si pueda esta semana...
si lo dice Monich (hay que creerle)
darling dijo…
Pos te tomaré la palabra Moniquita... Sino te exigiré la devolución de mi entrada, jajaja.

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