Shall We Dansu?
A pesar de estar viviendo en el Japón por más de dos años no pude dejar de sorprenderme cuando, al contarle a unas amigas japonesas que era probable que fuese a una discoteca con otros amigos latinos, me pidiesen, implorasen, suplicasen: "¡Giancarlo-san! ¡Por favor! ¡Llévanos! ¡Nunca hemos ido a una discoteca...!"
Flashback a 1998. Una noche aburrida de viernes, paseando por los pasillos del Blockbuster de Caminos del Inca, husmeando entre los estantes de películas no-de-estreno para aprovechar una oferta de fin de semana. Y allí las vi, unas gloriosas piernas que emergían de una falda roja, cruzadas sobre el pantalón de terno de un oficinista. "Shall We Dansu?" - rezaba la tapa del cassette de VHS - "¿Bailamos?".
No pude evitarlo. Tomé la cinta entre mis manos y la llevé (junto con otras olvidables películas) a la caja. Tenía que saber quién era la dueña de esas piernas.
Tamiyo Kusakari, se llamaba. Una bailarina profesional que, como protagonista de una extraordinaria película, me hizo olvidar por completo el por qué la había alquilado.
Esta película, uno de mis primeros acercamientos a la cultura japonesa, dejó tal marca en mí que no pude sino terminar tomando un avión para aterrizar en estas islas. ¿Sería verdad que los japoneses no bailan? ¿Sería verdad que viven para el trabajo? ¿Serían realmente las esposas japonesas tan discretas?
¿Bailamos? (1996) narra la historia de Shohei Sugiyama (Koji Yakusho - Memorias de una Geisha, University of Laughs, Tampopo), un exitoso vendedor de una típica compañía japonesa que vive para el trabajo y que siente un tremendo vacío en sus existencia, un vacío que no sabe cómo llenar. Una noche, desde el tren que lo lleva todas las noches a su casa, observa embelesado a una chica (Kusakari) que asoma la cabeza por la ventana de una escuela de baile, y decide tomar clases allí, a escondidas de su familia. Su esposa sospecha de él y decide contratar a un detective privado que, siguiendo a Sugiyama de arriba a abajo, se convierte en un fanático del baile de salón...
Déjense atrapar por esta historia así como lo hice yo en aquella aburrida noche del siglo pasado. Atrévanse a pasar por el Blockbuster más cercano a sus casas a alquilar vuestra primera película japonesa que no sea un anime. Disfruten esta encantadora historia que se aleja tanto del humor simple y absurdo de estos días. Y prepárense, que pueden darles ganas de conocer esta tierra de tantos contrastes, de personas tan distintas, de cultura tan extraña.
Yo, mientras tanto, me prepararé en mi propia academia de baile (el espejo de mi casa) para no defraudar a ninguna de mis amigas. Shall We Dansu? - les preguntaré al sacarlas a bailar - ¿bailamos?
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Bonus Track: Deléitense con el video de la canción principal de la película. Incluye escenas de la misma.
Trivia: "Dansu" es la lectura japonesa de "dance" y, en la película original, estaba incluída en el título con caracteres katakana, uno de los alfabetos japoneses. Por ello el título original es "Shall We Dansu?". La versión americana se llamó, evidentemente, "Shall We Dance?"
Remake: Nunca vi - y de momento me niego a ver - el remake con Richard Gere y Jennifer López. ¿Alguno de ustedes vio ambas versiones?
Flashback a 1998. Una noche aburrida de viernes, paseando por los pasillos del Blockbuster de Caminos del Inca, husmeando entre los estantes de películas no-de-estreno para aprovechar una oferta de fin de semana. Y allí las vi, unas gloriosas piernas que emergían de una falda roja, cruzadas sobre el pantalón de terno de un oficinista. "Shall We Dansu?" - rezaba la tapa del cassette de VHS - "¿Bailamos?".
No pude evitarlo. Tomé la cinta entre mis manos y la llevé (junto con otras olvidables películas) a la caja. Tenía que saber quién era la dueña de esas piernas.
Tamiyo Kusakari, se llamaba. Una bailarina profesional que, como protagonista de una extraordinaria película, me hizo olvidar por completo el por qué la había alquilado.
Esta película, uno de mis primeros acercamientos a la cultura japonesa, dejó tal marca en mí que no pude sino terminar tomando un avión para aterrizar en estas islas. ¿Sería verdad que los japoneses no bailan? ¿Sería verdad que viven para el trabajo? ¿Serían realmente las esposas japonesas tan discretas?
¿Bailamos? (1996) narra la historia de Shohei Sugiyama (Koji Yakusho - Memorias de una Geisha, University of Laughs, Tampopo), un exitoso vendedor de una típica compañía japonesa que vive para el trabajo y que siente un tremendo vacío en sus existencia, un vacío que no sabe cómo llenar. Una noche, desde el tren que lo lleva todas las noches a su casa, observa embelesado a una chica (Kusakari) que asoma la cabeza por la ventana de una escuela de baile, y decide tomar clases allí, a escondidas de su familia. Su esposa sospecha de él y decide contratar a un detective privado que, siguiendo a Sugiyama de arriba a abajo, se convierte en un fanático del baile de salón...
Déjense atrapar por esta historia así como lo hice yo en aquella aburrida noche del siglo pasado. Atrévanse a pasar por el Blockbuster más cercano a sus casas a alquilar vuestra primera película japonesa que no sea un anime. Disfruten esta encantadora historia que se aleja tanto del humor simple y absurdo de estos días. Y prepárense, que pueden darles ganas de conocer esta tierra de tantos contrastes, de personas tan distintas, de cultura tan extraña.
Yo, mientras tanto, me prepararé en mi propia academia de baile (el espejo de mi casa) para no defraudar a ninguna de mis amigas. Shall We Dansu? - les preguntaré al sacarlas a bailar - ¿bailamos?
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Bonus Track: Deléitense con el video de la canción principal de la película. Incluye escenas de la misma.
Trivia: "Dansu" es la lectura japonesa de "dance" y, en la película original, estaba incluída en el título con caracteres katakana, uno de los alfabetos japoneses. Por ello el título original es "Shall We Dansu?". La versión americana se llamó, evidentemente, "Shall We Dance?"
Remake: Nunca vi - y de momento me niego a ver - el remake con Richard Gere y Jennifer López. ¿Alguno de ustedes vio ambas versiones?
Comentarios
Baile de salón... Algún día aprenderé. está en pendientes...
¡¡Muchos saludos!!
danielchavarrip@hotmail.com
Espero encontrarla en venta o por otro medio.
saludos!